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Escrito con sangre

Por: Zaira Zambrano.

Hulme y Parker: Criaturas celestiales; Peter Jackson llevaría el suceso a la pantalla grande.

-“Se ha caído por la escalera”-. Dilucidaban con sagacidad, Juliet Holme y Pauline Parker, tras el incidente.

 

Anne Perry, tan conocida como la “reina del crimen victoriano” y autora del mismo (Un tanto en ambos sentidos), una vez, fue esa Juliet Holme, recuerdo amargo y lóbrego del pasado… Su pasado.

Cuando se es demasiado joven se carece, claramente de muchas más cosas que en la adultez, no en aspectos materiales, se llama correctamente: Ingenuidad; Una ingenuidad que puede dar rompimiento o, al menos, cuestión, entre lo que sugiere ser lo “ideal” y aquello que no lo es tanto.

¿Qué costo tiene una amistad?, ¿Qué tanto sacrificaríamos por ella?, ¿Libertad?... ¿Una vida? Así lo demostró Anne Perry/Juliet Holme.

Juliet Holme (15 años) y Pauline Parker (16 años), eran el dúo “perfecto” de mejores amigas, compartiendo más allá del sueño de huir de Nueva Zelanda, hacia los Estados Unidos, para convertirse en escritoras profesionales; Construían un sentimiento.

No tardaron los padres de ambas adolescentes en darse cuenta de lo que asemejaba a ser más una relación, a la que tenía que dársele un fin, aún sí ambas amigas no reaccionaban tan bien: No se trató entonces de un berrinche… La probabilidad de dar termino a esa relación conllevo a la misma muerte.

 

Página del diario de Pauline Parker.

 “21 de junio de 1954, decidimos usar una piedra dentro de un calcetín mejor que un saco de arena. Discutimos el arreglo en sus mejores detalles. Me siento tan ilusionada como cuando se prepara una fiesta. Mi madre ha destruido toda la belleza y, el feliz acontecimiento se producirá mañana por la tarde. La próxima vez que escriba en este diario mi madre habrá muerto, ¡Que extraño sentimiento de placer!”, Escribió Pauline Parker, a lo que luego sería artefacto de su condena y la de Holme.

 

Un día después, ambas adolescentes, asentaron brutalmente a Mary Parker con 45 golpes y, pese a las imprecisas, pero “aceptables” confesiones por parte de Pauline y Juliet, todo se descubrió. Las dos adolescentes fueron condenadas y encarceladas: 5 años debido a la minoría de edad e imposibilitando el verse una vez más.

Página tomada de uno de los diarios donde se publicó la noticia.

Terminada la sentencia, Holme se asentó en Reino Unido y cambió su nombre. No tardó en decidirse por tratar de ganarse la vida escribiendo, lo cual le resultó y ha resultado bastante bien.

 

Cabe decir que, el asesinar y escribir no parecerían alejarse o diferir demasiado, tenemos a Sir Arthur Conan Doyle (Creador del mismísimo Sherlock Holmes), Jack Unterweger (Encarcelado en 1974 por el asesinato, de nada menos, que de doce prostitutas, a las que mataba estrangulándolas con su cinturón), Louis Althusser (En 1980 el filósofo estranguló a su esposa Heléne), entre, sorprendentemente, varios más.

 

“¿Los escritores tenemos instintos criminales o a los criminales les gusta escribir? Si Oscar Wilde viviera se lo preguntaría. Estoy seguro de que él tendría una respuesta adecuada. Siempre la tenía para las paradojas” (Posteguillo, 2012).

 

Consulta: Posteguillo, S. (2012). La Noche En Que Frankenstein Leyó El Quijote. Barcelona, España: Planeta.

 

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