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El Quijote, más que un clásico, un reto literario

 

"Muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te vayas a la mano en decirlos, pero paréceme que es predicar en el desierto, y castígame madre, y yo trómpogelas".

 

¿Has logrado comprender completamente la frase anterior? Descuida, ni te molestes en buscar la última palabra en el diccionario porque ya no existe.

 

Generaciones atrás, al igual que, probablemente tú, se han determinado o al menos encontrado tratando de leer la obra máxima de la literatura de la lengua española como lo es el Quijote de la Mancha, abandonándole a unas cuantas páginas o terminándole sin haber entendido verdaderamente lo que se dice y hay tras cada palabra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Es que Miguel de Cervantes pretendía que su obra fuese más cercana a él que a otros como para tan solo permitir que resultase casi indescifrable? Tal vez, todo autor se enorgullece y cela su trabajo. Por otro lado, aunque la estructura del castellano no parece haber cambiado tanto desde los tiempos de Cervantes, muchas de las expresiones y palabras que entonces eran comunes cambiaron o desaparecieron con los siglos; Las diferencias con la versión original, publicada hace 411 años, son tantas que incluso poniendo un texto al lado del otro nos pondría a sospechar que dificilmente tienen el mismo sentido, lo que así, convierte al Quijote en una lectura a conllevar más que solamente tiempo.

 

Pero, ¿Y qué hay de las "pequeñas" notas a pie de página al "rescate" entre los cápitulos del Quijote?, ¿No son suficientes para generar una lectura exitosa? Bueno, así como un lienzo es subjetivo o abierto a diversos panoramas entre quien le observa, así lo es la literatura y, en especial, el Quijote pues, hay quienes admiten confesar sentir una enorme melancolía al dar vuelta a sus páginas, mientras otros encuentran en estás, cierto toque de gracia, aún por más objetivas que manifiesten ser las "explicaciones" o "traducciones".

 

"La dificultad que tiene El Quijote es que parece que lo entendemos todo, pero nadie entiende nada", ha asegurado Andrés Trapiello, autor de la primera adaptación al castellano actual del libro de Cervantes (Manzaneda de Torío, León, 1953).

 

No sigas lamentandote, ya eres casi un heroe por al menos haberte interesado en aceptar un reto tan complejo, aunque, no imposible como este.

Cuestión de dedicación y pasión a lo que lees (Como a tacharlo de tu lista de "cosas por hacer").

Mayo 9/2016

Por: Zaira Zambrano

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