

“¿Paris-Londres?”: El relato de la exigua educación mexicana
“Reforma educativa, cuyo marco jurídico tiene el objetivo de lograr que los alumnos tengan mejores maestros, que estén más tiempo en los planteles para que su formación sea más completa, que tengan acceso a alimentos sanos y nutritivos, que cuenten con mejores libros de texto y materiales educativos, y que las escuelas tengan instalaciones adecuadas y en buen estado” …
¿Convincente, no?, sin duda alguna “demasiado convincente” … Y, así de convincente se atraca disimuladamente la burlesca realidad sobre ti y todos aquellos que probablemente se estén tragando aquel convencionalismo.
Vayamos por partes, en 2014, de acuerdo a informes de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), México se encontraba destinando desde 2011, un 6.2 del PIB a las instituciones educativas, lo cual, daba a sugerir y prometer cientos de cambios perfectibles.
2015, el panorama educativo no se mira tan fulgente como los infomerciales del gobierno mexicano construyen; la UNESCO, lanza datos que enfatizan por debajo del mínimo la inversión educativa.
¿Preocupante? Preocupante no es cuánto dinero deriva el gobierno a la educación, sino, qué diablos es lo que se está enseñando y en qué manera en las aulas.
El pasado miércoles 13, del presente mes, no a fin de, corroborar datos, se pretendió analizar, como encarar, el interés cultural e instruccional, a través de la lectura y de nociones que, se supondrían, estarían cubriendo la “efectiva” educación básica, que se plantea y asegura hoy en México.
La dinámica, para ello, era aparentemente “sencilla”; acudiendo al centro de Zapopan, se abordarían al azar a individuos de entre, aproximadamente, 12 y 50 años de edad, a quienes se les expondría la posibilidad de llevarse un libro a casa, de responder correctamente a una pregunta.
3 categorías propuestas (Principiante, intermedio y avanzado) dependientes del giro que fuese tornando la proposición y disposición del participante, sin embargo, el desarrollo y resultante fueron mortificantes.
“Cualquiera ha de nombrar al autor de Don Quijote de la Mancha o, al menos, a más recientes y populares autores como Dan Brown, Stephen King o, a otros tan sobrevalorados como Paulo Coelho y John Green”, esa idea sembraba sobre parte del designio de la campaña que, pronto, se sostendría tan errónea.
Nadie se atreve a abrir un libro o, al menos, casi nadie.
“¿Yo para que quiero eso?”, “Gracias, pero, no leemos, somos como el presidente *risas* ”…
“¡Déjense de sus pendejadas!”, fueron solo algunas de las muchas entonadas contestaciones; en seguida, no quedo más que, dar reducción hacia cuestiones tan “simples” que, los que se atrevieron a participar, dudaban, tardaban o ni siquiera conseguían dar respuesta:
-“3 países con sus capitales, de Europa”-, se preguntaba, -“Me la pones difícil... A ver, Paris es un país europeo y, ¿Su capital sería Londres?”-.
“¿El Manchester United es un país de allá?”-, respondían.
-“3 estados y capitales de México”-, se aminoró a cuestionar, -“Neta no sé”-, se concluía.
¿Chiste? Ojalá así se pudiera haber marcado, como un “chiste” pero, es toda una realidad.
Si se manifestaba inquietante el hecho de que no se diera lectura, lo fue todavía más, al enfrentarse ante jóvenes que le dan un mayor grato sentido a salir a emborracharse que a evitar que se aprovechen de su ignorancia.
No fue conseguido, si quiera, pasar de preguntas, que estuvieran por encima de un 3er grado de primaria.
¿De verdad se ésta prestando atención al aprendizaje? O, ¿Solo se ésta instruyendo bajo condicionamientos que, opuestos a la formación, se pretendan dejar susceptibles a “lavados de coco”, principalmente, mediante los medios?
Habrá quienes sugieran que no todos logran ingresar o dar termino a la educación básica, lo cual “abriría” a justificaciones, sin embargo, considero que esto no debería tomarse como factor derivante pues, bajo una lógica de progreso, cualquiera sería capaz de instruirse en autonomía, lo cual, ya ha podido comprobarse (Escuela en casa).
Pero, esta bien, así es como le gustas al gobierno…
¡Continua sirviéndole (Con tu ignorancia)!
