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Arte, la revivificación de Miami

Miami, una ciudad en los Estados Unidos donde, la vida, parecería ser más amable o, al menos su clima. Visitada por millones de turistas cada año, en su mayoría latinos, como una alternativa a la fragorosa fiesta, compras y a un “verano eterno”. Y, aunque estas particularidades siempre han resultado destacantes como atractivas al turismo y a sus habitantes, hace algunos años se empezó a dar un giro hacia otra parte que, pudiera ofrecer, más a mostrar, hacia un público un tanto menos diverso o entregado al “guateque”.

 

Con la viva idea de traer una imagen disyuntiva a lo que ya es Miami, nació Wynwood, un distrito artístico reconocido a nivel mundial, que no solo le cambió la cara a un barrio abandonado de Miami, sino que le abrió la puerta a un nuevo nicho de viajeros, que buscaban algo más que el shopping y las playas.

 

La historia de este gran cambio no fue tan sencilla, pues no se trataba de llegar a construir una nueva zona de Miami, sino de recuperar un área que por mucho tiempo permaneció en el olvido. Talleres en mal estado, bodegas abandonadas, calles inhóspitas, deshabitadas y llenas de basura. Ese era el panorama de lo que en su momento se llamó el Pequeño San Juan y que luego tomó la forma de Wynwood.

 

Goldman Properties, una empresa que se encarga de embellecer propiedades en no tan buen estado, a través del arte, decidió llevar a cabo este proyecto que, posteriormente, terminaría convirtiéndose en una de las zonas más importantes del arte urbano en el planeta.

Encaminando a lo que hoy sería Wynwood, se abrió dando una renovada mirada a las calles de este barrio, mediante lienzos coloridos que, transfigurarían a ser museos a cielo abierto.

 

En vista de que esta fórmula estaba funcionando, la familia Goldman decidió abrir en 2009 Wynwood Walls, un bello recorrido que sirve como plataforma para que artistas internacionales muestren sus raíces, culturas y hasta críticas. Un espacio lleno de vida, color y creatividad, al cual se fueron uniendo otros proyectos comerciantes donde, no solo se daría un deleite indirecto al arte sino, palpable a los visitantes, por medio de una singular gastronomía y “consumibles” en general que, poco a poco, llevaron al Wynwood que se conoce hoy,

 

Sin embargo, este no es el único lugar de arte en Miami. En la apuesta por mostrar otra cara de la ciudad, hace tres años se abrió, en pleno centro, un nuevo espacio: Pérez Art Museum. Su arquitectura moderna, que está adornada por jardines hidropónicos verticales, hace pensar que adentro solo hay ideas y proyectos innovadores. Nació para revitalizar el turismo del downtown y para mostrar a la llamada Capital del Sol como un punto de encuentro de distintas culturas.

Pérez Art Museum es una mezcla de identidades, de culturas, de idiomas. Diversos lenguajes deambulan por este espacio, que inevitablemente lleva a sus visitantes a ponerse en el lugar de los demás. Su nombre es un homenaje al billonario latino Jorge M. Pérez, quien donó 40 millones de dólares para la construcción del museo y la mitad de su colección privada de arte, que incluye obras de Diego Rivera, Roberto Matta Echaurren y Beatriz González.

 

Si quieres conocer la otra parte de Miami, la artística, la que cada vez cobra mayor protagonismo, el mejor momento para hacerlo es a partir del 3 de diciembre, cuando empieza Art Basel, una de las ferias de arte más importantes de Estados Unidos, que se celebra en Miami Beach y atrae a la península de la Florida alrededor de 267 galerías líderes de América del Norte, América Latina, Europa, Asia y África.

Por: Zaira Zambrano

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