

“Blanca como la nieve, roja como la sangre”, Alessandro D’ Avenia.
Por: Zaira Zambrano
“Entre mensajes de móvil, deberes, posters, canciones, partidos, motos, miradas y sonrisas se encuentra Leo, un joven inmerso en el torbellino de la adolescencia” ….
La trama abarca la simplicidad y la vehemencia con la que nos arrebuja la vida, sobre todo, durante la adolescencia, una etapa donde no asemejan llegar respuestas a las preguntas tan absurdas como abisales que, enmarcan el encaminar de nuestro ser a la adultez.
Leo da vista a la vida a través de los colores: El azul, por ejemplo, le es amistad, tal como los ojos de su mejor amiga, Silvia. El rojo, en cambio, no solo le contrasta hacia el amor, sino se cuestiona porque el mismo amor y la sangre, pareciesen compaginar a su manera, más allá de ese espeso color, que es igualmente, el que encuentra en Beatrice. Y, por otro lado, su temor, el color blanco, con el que traza la ausencia, la soledad y la pérdida.
Leo todavía no conoce a Beatrice, pero, sueña con ella. La observa en silencio. Piensa en ella. Le manda mensajes que sabe, ella nunca contestará, sin embargo, no tardará en descubrir que, Beatrice, se tiñe poco a poco, de ese blanco que tanto le inquieta y, buscará, entonces, dentro de sí, el coraje utópico e incluso, su sangre, para recobrar en ella, la pasión que le singulariza.
A lo largo de “Blanca como la nieve, roja como la sangre”, el lector asiste como espectador a la vida de Leo. Sin tapujos. Sin medias tintas. Su vida y punto. Leo narra en primera persona y en presente como si de un diario de pensamientos se tratase, todo lo que en su vida va aconteciendo, al igual que sus pensamientos más profundos como de, otros que no lo son tanto. Página tras página, se emparenta y conecta a todo eso que da construcción a Leo, un adolescente de 16 años que expone una rígida madurez que llega a quebrantarse, para mirarse como aquel niño inseguro que quiere refugiarse en los brazos de su madre y no volver a salir nunca más. Con lo que, al dar lectura, se podría titubear en cuanto al lineamiento en el actuar de Leo (En ocasiones dirigiéndose dentro de una actitud entre los 10 años, y en otras a una cercana a los 50).
Si bien, la historia va arrastrando al lector instantáneamente párrafo tras párrafo, por lo que, es sencillo seguirle el paso, aunque, no está hecho para todo el mundo, ya que debe leérsele cavilosamente.
Cabe decir que, existe una adaptación cinematográfica que, pese a que se trataron de rescatar los aspectos representativos de la novela, falto mucho que trabajar en la producción, por lo que, si se planea adentrar a las letras de Alessandro D’ Avenia, el formato literario es el acertado.